Yo soy Raulista.

Raulista, ¿qué es ser Raulista? 

Ser Raulista es un sentimiento, es una forma de vida. Podríamos decir que es como nuestra religión, en la que nuestro Dios es Raúl González Blanco. Puede que sea un ejemplo polémico, ¿poner a un jugador de fútbol en el mismo lugar que Dios? Ahí está lo que podemos llamar el sentimiento Raulista. Raúl es un Dios para nosotros, es nuestro ejemplo a seguir, el sentido de nuestra vida, es a lo que le llamamos: NUESTRO ÍDOLO.
Yo, desde pequeña, vivo apegada al Real Madrid C.F, y aunque cuando nací, Raúl ya llevaba un año en el club, he vivido con sus goles, con sus "sombreritos", con sus celebraciones, con sus besos en su anillo, con sus palmadas de ánimo, con sus sonrisas, y como no, con sus lágrimas. He crecido con, para mi, el mejor jugador español de todos los tiempos. Ese niño que tuvo sus comienzos en el Atlético de Madrid, se vino al bando merengue debutando con a penas 17 años. Nadie daba nada por ese niño de piernas débiles y arqueadas... Pero mírenle... Dentro de cuatro días hace 36 años, toda una vida en los terrenos de juego, y dando alegrías allá a donde va, querido en España, Alemania y Qatar, odiado por otros, quizás por el daño que este endeble niño hizo a sus porterías. 
Ser Raulista es la sensación más satisfactoria que puedo tener, tener esta afición me hace sentirme bien. ¿Puede llamarse obsesión? Puede, pero y qué, ¿hay algo más bonito que tener este sentimiento por alguien, dirigir tu vida por este camino siendo feliz y sin hacer daño a nadie?
Reconozco que uno de mis sueños, el principal, recaiga en él, y que hasta mi futuro gire en torno al capi.
Os aseguro, que aún después de tantos años, y sí, sin haberlo conocido jamás, se me ilumina los ojos cada vez que lo veo, que sigo llorando con sus despedidas y con cada gol, que sigo con la intención de cumplir mi sueño, y en cometer cualquier locura que esté a mi alcance para cumplirlo. Os aseguro que mi ilusión no cambia, ni las ganas disminuyen, os aseguro que ser Raulista es una de las mejores elecciones que he podido tomar. Os aseguro que jamás dejaré este mundo y mucho menos, dejarle a él. Sabrá que no existo, pero ya me encargaré yo de que sí lo sepa. 
Raulismo como forma de vida.